Aviso: esta entrada es el fruto de una colaboración con Imperator. Me gusta mucho la co-redacción de posts y el objetivo real es de convertir este blog en k-blog (wikiweblog) en el que, a la manera de un wiki, cualquiera que quiera pueda participar a la redacción de la mayoría de las entradas.
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La sabiduría popular está a veces sobrevalorada, como me enseñaron en la facultad. La razón: hay tópicos que matan, y otros que rematan, o sea, que a menudo un tópico sirve para contrarrestar a otro tópico. Con lo que ninguno de los dos sirve de nada.
Un clásico es el eterno centrista. No me refiero al que se balancea entre la izquierda y la derecha según el tema tratado – tiene opinión propia - sino al que siempre quiere la pelota en el círculo central. La Trinca le dedicaba una canción llamada “El Hombre Light.” El se considera moderado (hasta se cree moderador) porque siempre está en el medio de las opiniones. Será el primero en soltar que "no todo es blanco o negro”. Incluso con el tiempo algunos se han aprendido la palabra maniqueísmo, de modo que pueden emplearla mal pero quedar bien con sus amiguetes modernos. Pero tanta sabiduría se va de inmediato al traste cuando ves que para rechazar a dos extremos se sirven de un tercero: el justo medio llamado así no porque sea justo sino porque está exactamente en el medio. Se olvidan de que la verdad no entiende de números redondos: ni 0, ni 100... ni 50. La justicia tampoco.
Por eso no confio en está gente que resuelve cualquier debate con un "ni tanto ni tampoco". La gente sin opinión me da mala espina, porque suelen ser los que más facilidad tienen para justificarse cuando te la meten doblada. Dado que no tienen ideología, no se casan con nadie y pueden traicionarlo todo. No sabes a qué atenerte con ellos. Me repatean estos nuevos radicales que zanjan toda discusión política con un dogma tipo el PSOE y el el PP son la misma mierda o cualquier comparación empíricamente estúpida. Son los mismos que creen que todas las opiniones son respetables. Me recuerdan a la busqueda de la Idea Absoluta de Hegel que usa como dectector de verdades uno de estos métodos numéricos de resolución de ecuaciones no lineales tipo Teorema de Bolzano en el que la solución parece estar siempre en el medio de dos errores.
A todos estos habría que añadirles la casilla "centrista" o, lo que viene a ser lo mismo, “no sabe pero contesta”. Eso mismo es lo que transforma “una persona que prefiere no opinar” en un “ignorante de mierda” pues mientrás la primera asume naturalmente que nadie nace sabido y prefiere guardar su ignorancia para si, el segundo la extiende por todas las tabernas y bitacoras del reino: alzar la bandera de la estupidez con orgullo no tiene perdón. Nadie que sepa realmente sobre un asunto tiene una opinión aséptica sobre el mismo. Puede tener más conocimiento sobre los diferentes matices de la situación, pero su opinión será clara porque sabe lo que hay.
Así que, desestimado eterno centrista, ¿verdad que cuando compras un móvil, no te vale cualquiera? ¿A que tienes muy claro que un modelo de 265.000 colores es mejor que uno de 256 y no se te ocurriría comprar uno en “blanco y negro con el gris de regalo”? Pues plantéate tener también una gama cromática-cerebral de 16 millones de opiniones: recuerda que no toda la mierda huele igual así que habrá de votar a la menos insoportable, o que defectos y cualidades tenemos todos pero no en las mismas proporciones.
Si bien las opiniones extremistas son en general fruto de la ignorancia, apuntar siempre al centro es peor aún: a la ignorancia se le suma la cobardía. Y lo cierto es que los cobardes chorrean, te los regalan con un kilo de chopped, hay, en suma, demasiados. ¡Pon una opinión en tu vida! (y si la riegas con argumentos, mejor aún).
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Versión primitiva antes de la participación de Imperator: [+]
Hay tópicos que matan, y otros que rematan. Lo último ocurre cuando un tópico sirve para contrarrestar a otro tópico. Vamos, que uno cree hilar fino y no se da cuenta que es tan o incluso más espeso que su antecesor.
Un clásico es el eterno centrista. El se considera moderado (hasta se cree moderador) porque siempre está en el medio de las opiniones. Será el primero en soltar que "no todo es blanco o negro". Incluso con el tiempo algunos se han aprendido la palabra maniqueísmo. Pero tanta sabiduría se va de inmediato al traste cuando ves que para denunciar a dos extremos se sirven de un tercero: el justo medio llamado así no porque sea justo sino porque está exactamente en el medio. Se olvidan de que la verdad no entiende de números redondos: ni 0, ni 100... ni 50.
Por eso no confio en está gente que resuelve cualquier debate con un "ni tanto ni tampoco". Me repatean estos nuevos radicales que zanjan toda discusión política con un dogma tipo "el PSOE y el el PP son la misma mierda." Igualitos a los que piensan que Windows y Linux son 2 sistemas operativos distintos "cada uno con sus defectos y cualidades" o que "ni la SGAE es el diablo ni los internautas son unos santos". A todos estos habría que añadirles la casilla "centrista" o, lo que viene a ser lo mismo, "no sabe pero contesta".
Así que, desestimado eterno centrista ¿Verdad que cuando usted compre una pantalla de ordenador, no le bastará con que al blanco y negro le añadan el gris? ni siquiera la "escala de grises"? Verdad que exigirá que tenga sus 16.000.000 de colores? Pues plantéense tener también una gama cromática-cerebral de 16 millones de opiniones: recuerden que no todas las mierdas huelen igual así que habrá de votar a la menos insoportable, que defectos y cualidades tenemos todos pero no en las mismas proporciones, y que descargar música por la cara no es exactamente igual de grave que pretender vivir de la "sopa boba".
Si bien las opiniones extremistas son en general fruto de la ignorancia, apuntar siempre al centro es peor aún: a la ignorancia se le suma la cobardía. ¡Pon una opinión en tu vida! (y si la riegas con argumentos, mejor aún)
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