De mi conversación con el señor Antonio Olivié, director del departamento de Internet del diario Qué!, saco esta verdadera joya: "Estoy a favor de la censura siempre que alguien se siente ofendido en sus creencias." Ya veis: su posición sobre las caricaturas de Mohama esta muy definida. Recordad que el
Antes de que se me olvide: por supuesto, me colgó a las narices poco después de que le haya hecho este mismo comentario. Seguramente era esta su manera de demostrarme con un ejemplo práctico
Decid que la conversación tuvo más alicientes.
Uno de ellos fue darme cuenta de que él, al contrario de muchos, tiene muy claro lo que se puede decir y lo que no. Es la ventaja que tienen los censores: como confunden su criterio con la ley, para ellos es fácil: la libertad de expresión termina donde ellos se sienten ofendidos. No diferencian lo politicamente incorrecto de lo provocativo, del mal gusto, de lo ireverente, de lo controvertido, de lo poco delicado... sólo conocen el Bien y el Mal. ¿Matices, para qué? ¡Maldita educación maniquea! :D
También volvimos a chocar en eso de que él pretende que se respeten las creencias (*) a lo que le conteste que las creencias no merecen respeto. Merecen respeto (y mucho) los creyentes. Pero las creencias de cualquier tipo (religiosas, filosóficas,...) han de recibir el respeto que se ganan. ¿O por creer yo que tengo un marcianito en el sofa de mi casa voy a poder denunciar/censurar a cualquier que se mofa?
P.D. 1: ¡¡¡En lugar de "respeto a las creencias" querrá decir "a SUS creencias" porque esta semana el semanario Alba (perteneciente a la iglesia católica) publica en portada, de sobra conciente de como está el patio, una de las caricaturas danesas de Mahoma acompañada de otras 3 burlas MUY leves y antiguas sobre la iglesia católica para jugarsela tolerante!!! ¿En qué habíamos quedado? Se provoca/censura o no se provoca/censura????
P.D. 2: Debe de necesitar gafas el señor Olivié - o no tiene muy claro la definición de la palabra "ofender" - porque desde el mes de julio, está muy a la vista (unas 4-5 veces repetidas) este comentario - católico ;-) - que he recibido en aquel blog:
gilipollas
Eres un hijo de puta, de los más grandes que he conocido. Hacía tiempo que no insultaba a nadie, pero tú te lo mereces todo, cariño.
Que no se preocupe ni deje de dormir por ello, estoy bien y he sobrevivido al insulto: a mi no me ofende que me ladren los integristas. ¡Al contrario: me asustaría que no lo hicieran pues voy a por ellos! (edit 14h02: ... o peor aún: que me contratasen)
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