- No les basta con emplear 14 horas para recorrer los 700 km que separan Coruña de Irún.
- No les basta con quitar el tren de noche que antes realizaba este viaje y obligar a los que no quieren perder una jornada entera en un tren a tener que hacer un cambio en Burgos pasando 2 horas en plena noche en la estación con la cafetería cerrada
- No les basta con poner en dicha estación a unos matones que te amenazan con "salir a fuera" (sic) si tienes la mala idea de tumbarte en un banco
- No les basta con dejar tirado a un cliente a 2km de su destino bajo la lluvia en plena nochevieja.
Ahora además, aumenta el listado de agravios. Todo eso ocurrió en la noche del jueves 02 al viernes 03-mar-06:
- Te cambian las butacas inclinables y espaciadas de noche por unas de día no inclinables y sin espacio para desdoblar las piernas. Si bien uno puede entender que se les haya estropeado algún vagón, parece mentira que no tengan alguno de repuesto.
- Pero sobre todo es vergonzoso que el personal de a bordo no dé la menor explicación sobre este cambio. Como siempre: el que está no sabe y el que sabe no está. Ni hablamos de disculparse en nombre de la compañía por las molestias ocasionadas. ¡Si hasta se disculpa un comerciante cuando cierra por la defunción de un familiar! Sin embargo, eso de disculparse no está en las normas de trato al cliente de Renfe donde si figura el ser borde: esta gente estima que no tiene por que dar explicaciones: "es así" contestan. Yo tengo claro que siempre que me dicen "Es así", eso es perfectamente tradujible por "¡Te aguantas!".
- Recordemos que en cuanto a cobrar, me han cobrado la tarifa completa (lo que ellos llaman "1ª clase") así que no me parece ninguna locura pedir... el servicio completo.
- Y aún peor, si cabe, resulta que te mientan a la cara cuando, desesperado por no poder conciliar el sueño en tan reducido espacio, les pides un cambio por literas (es el mismo precio) y te dicen que no quedan... cuando salta a los ojos que le tren va medio vacio y viajeros de literas me han confirmado que su compartimiento no iba lleno.
Por supuesto, he rellenado la hoja de reclamación al llegar a Coruña: no basta con quejarse en los bares y en los blogs, también hay que hacerlo de manera oficial: estoy convencido de que ten(dr)emos el servicio que nos merezcamos. A sabiendas de que el que calla otorga.
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